Si no estimulamos el trabajo productivo, pero que sea bien remunerado, pues el camino del país es a un círculo vicioso de empobrecimiento (Foto Golfredo Lobo)Si no estimulamos el trabajo productivo, pero que sea bien remunerado, pues el camino del país es a un círculo vicioso de empobrecimiento (Foto Golfredo Lobo)

Desde finales del año 2017, varias firmas económicas habían hecho anuncios de que formalmente Venezuela ya se encontraba inmersa en una situación de hiperinflación, fundamentalmente, luego de que la inflación del mes de octubre del 2017 se estimó superior al 50 por ciento, lo cual fue uno de los indicadores, pero además hay otro indicador que señala que la inflación anualizada es superior al 500 por ciento, inflación acumulada que ya se había logrado desde el mes de septiembre.

La profesora Christi Rangel, directora del Instituto de Investigaciones y Económicas y Sociales (IESS), indicó que también tenemos el indicador de la Asamblea Nacional (AN), de la Comisión de Finanzas por cuanto el Banco Central de Venezuela (BCV), que es el organismo responsable de publicar los indicadores de inflación, dejó de hacerlo desde diciembre del año 2015, por lo que ya han pasado dos años sin que oficialmente se publiquen los indicadores de inflación y sin embargo no se puede ocultar este problema y los ciudadanos desde hace mucho lo vienen percibiendo y padeciendo gravemente.

“La Comisión de Finanzas de la AN estimó en un 2 mil 660 por ciento la inflación acumulada en todo el año 2017, que es un número terrible en cualquier economía del mundo, ya que se considera alarmante tener una inflación superior a dos dígitos, eso significa superior al 10 por ciento, pero nosotros ya tenemos una inflación superior a 4 dígitos y en materia macroeconómica los impactos son terribles, ya que hay distorsiones en todas las transacciones de los agentes económicos, pérdida de la función del dinero, el cual tiene tres funciones esenciales primero; como moneda de intercambio para la adquisición de bienes y servicios; segundo como reserva de valor o mecanismo de ahorro y por ultimo como una referencia en los países en cuanto a la situación de su economía para la estabilidad”, indicó la profesora Rangel.

Agregó que hoy en día los venezolanos no quieren tener el bolívar, porque no es reserva de valor y, en la medida que lo reciben, sienten que lo tienen que transar con otro bien, porque si no van a perder dinero y como medio de intercambio todavía lo estamos usando, pero ha ido perdiendo su valor y cada vez más la gente busca adquirir monedas extranjeras o adquirir otros bienes que sirvan para el intercambio. Señaló la profesora Rangel que el impacto social es grave, los ciudadanos pierden su capacidad de compra, el dinero que reciben por su salario no alcanza y no hay política social que realice ningún gobierno como compensación que pueda contrarrestar el efecto pernicioso de la pérdida de valor salarial, con una situación de hiperinflación como la que se vive en Venezuela.

“Estamos viendo ahora mismo las discusiones no solo en Mérida, sino en la Universidad Central de Venezuela (UCV), Universidad Simón Bolívar (USB), la Universidad del Zulia (LUZ), en relación con los trabajadores, con el sueldo que están recibiendo, ya que no pueden ir a cumplir sus funciones, el costo del transporte supera los ingresos que se recibe y este ejemplo que vemos en el mundo universitario, lo podemos extrapolar a cualquier persona que vive de un salario, ya que hasta el trabajo pierde valor, el salario no sirve para satisfacer las necesidades más esenciales, por lo que no hay estímulo para cumplir con sus labores. Dada la situación que se vive en Venezuela, lo lógico es que el trabajo se estimule y se procure que haya más, pero humanamente los ciudadanos se están dando cuenta que no tiene sentido ir a trabajar, porque el costo de ir en transporte, el costo del tiempo, la falta de dinero en efectivo para honrar el pago de un pasaje o gastos esenciales, implica ir a hacer colas en bancos para poder conseguir efectivo, pues todo esto significa en que no concentremos nuestras energías en producir y llevar adelante las funciones que debemos cumplir, pues hay un daño social terrible con unos efectos externos hacia la productividad y el progreso”, resaltó la profesora Rangel.

El gobierno, a juicio de la profesora Rangel, tiene como prioridad resolver el problema de la hiperinflación, ya que no son los controles y las fiscalizaciones, la forma de compensar los problemas de la hiperinflación, ya que venimos con controles desde el año 2003 y a partir de los mismos vinieron los problemas de escasez de esos bienes controlados y han sido los que más han sufrido aumentos de precios, por lo que ese control ya no funciona y no podemos esperar resultados diferentes aplicando políticas que ya se probaron y fracasaron. Seguir intentado la misma fórmula cuando no da resultados, es una actitud irracional por parte del gobierno, aunque el mensaje sea que el control hay que mejorarlo, afinarlo y que necesitamos más gente, pero en ninguna parte del mundo entero este ha dado un buen resultado. El gobierno tiene que sincerar sus cuentas públicas y ajustar sus gastos a los ingresos reales obtenidos por la vía de la recaudación, por la vía de la deuda y dejar de emitir dinero, financiando el BCV el déficit fiscal, el gobierno al liberar los controles, dará estímulos positivos a la producción, lo cual conllevará a que haya más bienes y servicios en el mercado, lo cual limitará el aumento de los precios.

“Si no estimulamos el trabajo productivo, pero que sea bien remunerado, pues el camino del país es a un círculo vicioso de empobrecimiento, caída de la producción, salida masiva del país, aumento de la migración más allá de lo que está ocurriendo ahora y una situación que podría terminar también en una hambruna, si no hay producción de bienes y servicios y los pocos que queden, van a quedar solamente al alcance de aquellas personas que se puedan proteger de la inflación y que puedan recibir ingresos en dólares por trabajos en el extranjero o bien reciban remesas, pero cualquier otra persona que no pueda tener estas opciones, pues va a quedar excluida y el problema de la desigualdad se va a profundizar con unas consecuencias muy indeseables para el país. Hay que tomar medidas urgentes para intentar contrarrestar la hiperinflación, estabilizar la economía y que los mensajes que mandan los precios sean los reales de los productos y servicios, porque hoy en día está todo distorsionado”, dijo finalmente la profesora Rangel. Golfredo Lobo / Prensa ULA / CNP 14.293